“ … El fujimorismo es un foco de putrefacción y de ignorancia, donde “los principios” se han convertido en apetitos, y los apetitos en “principios”. El Perú ya no es un ideal; es sólo un arribismo de clanes prostituidos (Felipillos).

La Espada de Damocles colgando de un ilo en las venas abiertas del Perú “... Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez...”. Doctrina y acción de Atila, de vandalaje cínico e impúdico; fuerza ideológica y de hecho, dirigida criminalmente a la explotación material y espiritual del Peruanismo.

Instrumento de intereses inconfesables; razón por la que no se preocupan en debatir los intereses económicos e ideológico de una clase social del país (Peruanicemos el Perú). No existe un libro salido del fujimorismo para los problemas del Perú. No hay un escritor fujimorista. Porque a ningún fujimorista le interesa el Peruanismo.

El fujimorismo ha devenido de este suelo y de este pueblo, de una fuerza maligna, deshumanizada y reaccionaria, igual o peor que el gamonalismo, de cuya entraña han salido los filipillos. (…)”